FINALIZA EL XXII CAPÍTULO GENERAL
El Capítulo ha sido un camino de interiorización, escucha activa y generadora, recorrido desde tres ámbitos, el trabajo personal, en mesas y plenario, con una metodología de “conversación en el Espíritu”, que nos ha ayudado a interiorizar, compartir desde el corazón y llegar a consensos.
Iniciábamos esta reflexión toda la Congregación, junto al laicado, en 2017, y ha sido un proceso participativo hasta llegar a este momento. Hemos aportado desde las diversas realidades, sintiéndonos en comunión, para construir juntas el texto final de las Constituciones. El próximo paso, una vez hecha la última redacción, es entregarlo en el Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica (DIVCSVA), para su aprobación definitiva, porque somos parte de una Iglesia, que nos confía la “misión liberadora de testimoniar, con nuestra vida y servicio, el amor redentor a la humanidad, de manera especial a las mujeres en contexto de prostitución”, como se cita en nuestras Constituciones.
Volvemos a nuestras comunidades con la ilusión y responsabilidad de compartir todo lo vivido con las hermanas y con toda la Familia Oblata. Y con el deseo de hacer realidad el mensaje que Lourdes Perramon, Superiora General, nos transmitía en la clausura del Capítulo, hacer “del nuevo texto de Constituciones, ese ideal al que querer llegar, el vuelo que emprender una vez más, aterrizándolo, viviendo con autenticidad, con generosidad y sentido, todo lo que hemos aprobado y plasmado”.
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